Los drones pueden transportar desfibriladores a pacientes con paradas cardiorespiratorias mucho más rápido que una ambulancia.
A día de hoy los drones ayudan a realizar tareas en todos los ámbitos: Desde grabar escenas de películas o televisión, hacer estudios topográficos, estudiar estructuras críticas, reforestar bosques o incluso ayudar ante catástrofes naturales.
Estos aparatos voladores no tripulados pueden además salvar vidas tal y como demuestra un estudio llevado a cabo en Suecia en el cual los drones fueron capaces de entregar un desfibrilador más rápido que una ambulancia en un 64% de los casos, con una ventaja de casi 2 minutos. Esta pequeña franja de tiempo puede ser crucial a la hora de reanimar a una persona que está en parada puesto que en momentos así cada segundo es crucial.
En los países desarrollados el paro cardíaco supone una de cada cinco muertes y una mortalidad cercana al 90%. En España pierden la vida unas 30.000 personas al año por culpa de las paradas cardiorespiratorias. La tasa de supervivencia aquí ronda el 5% pero podría incrementarse hasta el 30% si la población conociera la técnica de RCP y se dispusiera de desfibriladores externos automáticos (DEAs) a disposición de la población el lugares públicos próximos como universidades, parques o paradas de autobús.
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